domingo, 12 de septiembre de 2010

Tema 4. PODER POLITICO COMPARADO

Por una parte refleja la pluralidad de las teorías políticas y el concurso de los paradigmas; por la otra se debe  a la extraordinaria variedad de formas de poder que pueden observarse en el tiempo y el espacio. La comparación del politólogo supone que antes hay que efectuar el recuento de las diferentes tipo de poder conocidos y ponerlos en forma.


La comparación supone el análisis de las dinámicas, es decir, de las maneras de formación y transformación de éstos órdenes políticos que nunca son dados ni fijos, si no que constituyen históricamente gracias al juego de los acontecimientos y los accidentes, así como los principios más estables y quizás más previsibles, referidos a la estructura social y a la cultura.


Sería absurdo reducir el orden político contemporáneo a una relación de dominio que confirme su supremacía de la dinámica occidental, sobre las dinámicas extraoccidentales a punto de extinguirse, éstas no desaparecen aunque se encuentran en estado de hibridación, e incluso en la sociedades, que parecen más o menos carentes de historia, ésta no desaparece por completo, mientras que la inclusión en su seno de elementos del orden político occidental culmina en una mera imitación, si no en un modelo nuevo e inédito.





La dinámica occidental





El estado se ha configurado como estructura de modo monopólico impuesto en determinados territorios para sus habitantes. Además, ha sido menester perfeccionar su legitimidad y su asiento mediante una mejor definición, de la relación con sus súbditos de los reyes o príncipes. El estado por poco se vuela por un palanquín soltado por quienes lo cargaban, sobre todo en Inglaterra, en América del Norte, en Francia y el los Países Bajos. Apenas lo salvo la segunda fundación de nuestra modernidad política, inscrita en la búsqueda de una nueva legitimización de la obediencia, ya no teológica aunque referida a la persona de un soberano, si no abstracta y metafísica.  El instrumento para ello consistió en involucrar las identidades nacionales que justifican al Estado-Nación, que ocupa el lugar del Estado-Administración. Luego hubo que identificara los gobernados a un territorio sometido a la autoridad exclusiva y, además,  hacerlos reconocerse en el ordenamiento de ese poder considerado único. Era menester de los súbditos promovidos a la categoría de los ciudadanos admitieran si subordinación sin ninguna referencia de legitimidad religiosa p jerárquica,  lo cual rechazaban tanto los nuevos gobernantes.





Antes del estado





Max Weber utiliza una definición amplia y discutible de los espacios de la soberanía, el estado de manera muy extensa cuando escribe que: “se llamará a una asociación política a una asociación regida por una autoridad cuando se garantiza de manera continua la instalación de su propio orden dentro de un territorio dado mediante el empleo y la amenaza de la fuerza física de parte de los responsables administrativos.


El término de asociación realmente sugiere la relatividad igualdad de los miembros o de los gobernantes y los gobernados, igualdad que no se verifica ni siquiera en los cantones suizos más pequeños. Desde la segunda perspectiva el movimiento generador del estado occidental se basa en una serie de elementos sucesivos cuya lista establece Tilly: constituir la fuerza armada, poner en práctica el sistema de recaudación fiscal, imponer una política interior, controlar el abastecimiento de los víveres, y formar al personal técnico, luego , reglamentar una actividad manufacturera, efectuar el adoctrinamiento ideológico y perseguir los fines imperialistas.





Limitaciones ambiéntales y movilización de los recursos





Norbert Elias, más que él, Otto Hintze recordaron la importancia capital de las limitaciones espaciales y ambientales de la constitución de los conjuntos económicos europeos. Quien dice estado supone, en principio, la toma de control de un territorio definido por una autoridad que solo subsiste si dispone de una fuerza que pueda imponerse a la vez a los individuos, y a las autoridades exteriores rivales.


Lo que el lenguaje moderno denomina ambiente internacional sirve para indicar las limitaciones o intervenciones directas que provocan el surgimiento de los estados. Po lo contrario los países europeos abiertos y sin límites evidentes sufrieron de manera constante es su construcción estatal, por las rivalidades de los príncipes, los riesgos de la guerra y la amenaza permanente de la violencia exterior.





La victoria de lo político sobre los religioso





Desde muchos puntos de vista el surgimiento del estado occidental parece el mal efecto de los obstáculos que la iglesia medieval pretendía imponerle.


La distinción no tiene más objeto que permitir a la autoridad religiosa recuperar el monopolio de lo sagrado. En la práctica el ambiente medieval,  la reconquista del ambiente religioso equivale a la de toda la legitimidad, y en primer lugar a la expresión primordial, cuyo elemento es imprescindible reside en el carácter sagrado de los soberanos, su consagración sometida a los buenos oficios de la iglesia.


La iglesia permanece como la gran soberana, subterritorial y luego supranacional. Al reafirmar la separación de las dos esferas de lo espiritual y lo temporal, constituye un obstáculo para que resurja en Europa un territorio político unificado y amplio que amenace su hegemonía.


La táctica de dividir para reinar la iglesia la lleva a mostrarse complaciente con los pequeños reinos periféricos, cuyo fortalecimiento propicia en Francia, Inglaterra y otros lugares. La política practicada en los reinos de periferia europea hace que la iglesia los ayude involuntariamente a templar el recurso de la legitimidad  y la consolidación del futuro estado moderno.





Los dos derechos occidentales frente al poder central





La desigual organización de la relación entre el estado y la sociedad propia de los medios delineados por tradición católica. Poder central que se toma autónomo se considera como algo natural, cuando no se caracteriza todo el espacio del cristianismo del este europeo.


Pierre Birnbaum  establece entre dos tipos casi ideales y opuestos des estructuración del poder moderno en el universo occidental: por una parte el Estado-ideal típico de modelo francés, que interviene como agente primordial del comportamiento y la redistribución  de la sociedad. Por la otra, el “centro” en su forma británica, que actúa como instancia dominante, producto de la sociedad y superior al estado.

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